Número uno.

Conozco un lugar, donde las casas se empiezan por el tejado y no por los cimientos, donde los perros, gatos y ratones son amigos, donde equivocarse no es algo que esté de mola y hacer las cosas bien está a la orden del día. Donde no existe ni negro ni blanco, tan solo vida. Donde las nubes son de color rosa. Donde el whisky se vende barato y siete vidas no son nada para un gato. Donde los centímetros son algo enorme y los kilómetros algo minúsculo. Donde ser feliz y hacer tus sueños realidad no cuesta dinero. Donde contar a diez lleva más de una hora. Que amanezca como amanezca, total, siempre sale el mismo sol, y como en todas partes, la risa de un bebé e el sonido más maravilloso del mundo. Ese lugar está dentro de ti, el más perfecto y único de los seres, el ser humano.