Se supone que las cosas pasan porque tienen que pasar. Eso a lo que llaman destino. Nadie ha dicho que estas cosas sean buenas, o malas. Simplemente son cosas que pasan. Aparecen y desaparecen. Como el humo de un cigarro, como una concha en la arena de la playa, como la luna en una noche nublada. Son cosas que están, y no están. Efímeras. Tal vez inexistentes. Pero son cosas. Realidades. Sueños. Deseos olvidados. Cosas.
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